11 de octubre de 2011

CABRO PELUSA DE CERRO, ALEGRE Y AVENTURERO

Es inevitable recordar episodios de infancia al transitar por las mismas calles que protagonizaron las propias historias, donde la construcción del cerro entregaba laberínticos recorridos que despertaban la imaginación y con ello los juegos improvisados con los amigos del barrio. El cerro condicionaba de alguna manera dichos juegos, la pendiente se transformaba en toda una aventura, como al jugar con las chanchas, dejándose llevar por una larga y empinada calle para frenar en una curva de un pasaje sin salida. Aunque sí había veces, en que la pendiente no resultaba ser tan amigable, cuando hacía que la pelota rodara y rodara hasta perderse en el mismo plan. 











3 de octubre de 2011